CAPTURA DE AVES SILVESTRES

Por Rocío Vélez

¿Qué animal soy detrás de las manos que escriben este texto? ¿Qué son estos dedos, como plumas, acariciando las letras?

Captura de aves silvestres es una puesta –o apuesta– difícil. Mediante una amalgama de técnicas y recursos estilísticos, Grupo Basamenta nos lleva a explorar los límites de la representación y a adentrarnos en un territorio donde la frontera entre lo real y lo imaginario se desdibuja. Desde los asientos que ocupamos, el avistaje parecería ser una tarea fácil. Sin embargo, los diversos piares comienzan a atravesarnos, las aves están en todos lados. Volando en el cielo, sobre el escenario, dentro de los actores. Si no nos dejamos llevar, si no aceptamos el pacto, podemos perdernos el acontecer de los humanos silvestres.

Giorgio Agamben en Infancia e Historia (1979) postula que “como infancia del hombre, la experiencia es la mera diferencia entre lo humano y lo lingüístico. Que el hombre no sea desde siempre hablante, que haya sido y sea todavía in-fante, eso es la experiencia […] Lo inefable es en realidad infancia. La experiencia es el mysterion que todo hombre instituye por el hecho de tener una infancia”. El acontecimiento teatral que propone este grupo lleva al espectador a una experiencia distinta a través de la intersección entre lo humano y lo animal, entre lo familiar y lo exótico; en un escenario que se convierte en un laboratorio teatral vemos el juego y somos parte de él, nos dejamos ir. Desde nuestro ser infante, siempre latente, expectamos y experienciamos.

El mundo contemporáneo nos bombardea con estímulos visuales y sonoros, pero rara vez nos permite vivenciar lo que nos rodea plenamente. Quizá, el carácter más disruptivo de la obra sea la notable intención de transmitir una experiencia distinta, potente, –ya sea lúdica, surreal, etc– en un mundo en donde la experiencia, lo vivido, es cada vez menos transcendente.  

Frente a diferentes recortes narrativos, o escenas, el uso de un elemento que trae reminiscencias al empleado por Jorge Macchi en La balada de Matsuyama (2010), funciona como una especie de subtitulación de cada escena. Si en la obra de Macchi, cada letra tiene un sonido; en Captura de aves silvestres, cada frase tiene un movimiento que va tejiendo los pasos de una especie de ola, una danza. A su vez, estos subtítulos funcionan como señales en un paisaje desconocido, sugiriendo múltiples lecturas y perspectivas posibles. Este enfoque fragmentario invita al público a participar activamente en la construcción del significado, quebrando la pasividad tradicional del espectador.

El carácter experimental de la obra se manifiesta no solo en su estructura narrativa, sino también en su tratamiento del cuerpo y del sonido. Los actores, al asumir la dualidad humanos-aves, tensan los límites de los cuerpos y de la representación.

A su vez, el extrañamiento, aparece para dar lugar a escenas surrealistas. En una escena, presenciamos el intento de un ave-humano de cortejar a un humano-humano. Ésta, guiada por otra ave, lleva a cabo un ritual de cortejo que podría resultar absurdo. Sin embargo, en un mundo despojado del poder transmitir y vivir experiencias, quizá llegue el día en donde nos veamos en la compleja situación de tratar de recordar, guiados por otros, cómo se convivía, cómo se amaba y hasta cómo se reía.

En última instancia, Captura de aves silvestres trasciende el mero entretenimiento teatral para ser una puesta que desafía las percepciones habituales. En un presente saturado de estímulos superficiales, esta obra nos recuerda la esencia misma del arte: despertar, provocar y transformar. Invita a despojarse de la suciedad que impregna lo cotidiano y, ya limpios, ser a través de los ojos de la infancia.

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FICHA TÉCNICA

Idea: Grupo Basamenta

Actúan: Matías Corradino, Pía Fonseca, Fernando Morales, Julieta Raponi, Tomás Torres Oviedo

Vestuario: Maricel Aguirre

Diseño de iluminación: Víctor Chacón

Diseño de escenografía: Jose Mehrez, Leandro Sartoretti

Diseño de luces: Leandro Crocco

Video: Gastón Bejas

Fotografía: Mariano Asseff, Gastón Bejas, Pilar Boyle

Diseño gráfico: Gastón Bejas

Entrenamiento corporal: Pablo Castronovo

Entrenamiento vocal: Lili Rossi

Asistencia de dirección: Sofía Puchulú, Tomás Torres Oviedo

Producción ejecutiva: Jimena Morrone

Dirección: Ignacio Torres

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